Ver las noticias diarias me hace sentir una gran inquietud por creer que no tengo muchas posibilidades de defensa, aunque hoy me he dado cuenta de que mi esfuerzo es importante, si va unido a otros esfuerzos.
Comienzan las movilizaciones en mi país contra la actual reforma laboral y lo hacen en la semana en que se celebran las fiestas de Carnaval, donde la expresión popular se permite más libertades.
Soy consciente de que los responsables de esta reforma no se sentirían obligados a retirarla, a pesar de la multitudinaria protesta pero, aún así, allí estaba, luchando por mis derechos junto a muchos miles, aunque no todos, y he podido comprobar que no estoy sola y que unidos podemos hacer más fuerza y defendernos mejor.
Ya no hay cabida para individualismos ya sean personales ni de grupo, pues la unión fortalece. Muchos son los afectados por las agresiones sistemáticas al estado del bienestar y solo muy pocos se libran de ello que, pienso, son los responsables de ella y de los problemas económicos actuales.
El actual gobierno tiene el “valor” de decir públicamente que el pueblo considera estas medidas “justas y necesarias”. No sé a qué pueblo se referirán porque hoy, el pueblo ha empezado a hablar sobre las mismas y ha dicho todo lo contrario.
En la calle se hablaba de injusticia, de abuso, de intento de esclavización, de ineficacia ante la situación presente, etc… pero parece ser que todas estas miles de personas que, a pesar de ser domingo y fiestas de carnaval, han salido a la calle para protestar una reforma que consideran toda una agresión contra el conjunto de su sociedad, desde el Gobierno, no deben considerarlas como pertenecientes a “su pueblo”.
Para justificar las medidas antisociales de recortes y la agresiva reforma laboral, se ha atrevido a escudarse en el patriotismo, pero no veo que estos líderes tan “patriotas” se estén aplicando ninguna medida de austeridad.
No sé qué tiene que ver el patriotismo con la agresión continuada que sufren mis derechos y no entiendo que al aumentar el número de parados y suprimir derechos sociales y laborales se pueda decir que se hace patriotismo.
¿Será que el significado de la palabra patriotismo no es el mismo para todos?
Me ha llamado la atención, entre otras muchas cosas, la colocación, durante la manifestación de hoy, de una guillotina de cartón delante de puerta principal de la "Bolsa de Barcelona". Me ha recordado que antaño me costaba entender que es lo que pudo impulsar al sometido pueblo francés a una revolución tan sangrienta en la que no dudó en usar la guillotina contra sus opresores.
Hoy tengo la respuesta: Como se podía leer en algunas pancartas, “la paciencia tiene un límite”. La desesperación de ver y sufrir sistemáticamente injusticias y grandes desequilibrios sociales hace que, llegado el momento. se desencadenen sentimientos irrefrenables que llevan a terribles acciones contra los causantes de ellas.
La historia nos cuenta muchas cosas y suele repetirse y repetirse a lo largo del tiempo porque parece que el ser humano no aprende de sus errores…
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