Por algún lugar había que comenzar y pensé que lo mejor para mí era volver a lugares conocidos. A pesar del tiempo pasado, poco han cambiado y si lo han hecho, quizás ha sido a peor.
El baile de salón, una de mis aficiones
preferidas, y es uno de los lugares que conozco en el que se puede conocer a
personas de ambos sexos con esta misma afición aunque con intenciones distintas.
Este es un entorno mucho más complicado de lo que a simple vista parece.
La sala de baile suele ser el lugar
perfecto para los amantes del “No quiero nada serio con nadie”. Tendría
que ser un lugar de ocio relajado, pero en realidad es un lugar en el que,
los que no tienen pareja estable, permanecen en estado de alerta para conseguir
bailar el máximo número de bailes posibles.
Hay muchas más mujeres aficionadas al
baile que hombres y la competitividad entre nosotras, para conseguir bailar en
pareja, flota en el aire. Todo vale con tal de conseguir bailar:
coqueteos, ponerse en medio de conversaciones, correr más que las demás para
llegar primera al objetivo, ponerse en lista para posteriores bailes… A veces,
observando, siento verdadera vergüenza ajena....¡Uff que difícil es tener amigos
allí!
A pesar de que en las salas de baile
hablar requiere mucho esfuerzo, debido al volumen en que suele estar la música,
es curioso comprobar que todos los “habituales” se conocen bastante más a
través del lenguaje corporal, sus acciones y sus comportamientos que por sus
conversaciones. Allí, los recién llegados, son observados, catalogados,
criticados… y si supones una amenaza o competencia, puedes sentir hasta
rechazo.
Con el paso de los años mi autoestima ha
ido creciendo y el miedo al fracaso al elegir a amigos o a una futura pareja me
pesa mucho más que la idea de vivir en soledad. Soy mucho más exigente con las
personas con las que me voy relacionando que lo era antes, sobre todo cuando se
trata de recibir su respeto y su educación hacia mí y suelo apartarme
rápidamente de aquellas personas que practican las relaciones interpersonales
de forma egoísta y sin respeto.
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