miércoles, 8 de junio de 2011

ENCUENTROS EN LA RED

Para anunciarme en una página de encuentros, por aquello de tener alguna posibilidad más de encontrar al hombre de mis sueños, entre tantos que se anuncian en ella, tendré que cumplimentar una ficha que mostrará mi perfil a los curiosos que quieran visitarlo, exhibiendo detalles de quién soy y de lo que deseo encontrar.

Al empezar a rellenar las casillas, tengo la sensación de que voy a estar en un escaparate expuesta como un objeto a subasta para ser observada, valorada, medida y criticada, por un gran número de desconocidos, perdiendo, más o menos, mi intimidad personal.

Mi nombre he de cambiarlo por un “alias” así que también empiezo  a perder parte de mi identidad y tendré que decidir entre mostrar mi imagen o permanecer en el anonimato físico, con el convencimiento de que si no expongo una foto lo suficientemente atractiva, mi perfil será muy poco visitado.

Intentando proteger al máximo mi intimidad personal al responder al cuestionario y adjuntando una foto que me parece la más adecuada para conseguir mi propósito, decido vivir esta nueva experiencia.

Muchos son los ojos que miran mi perfil, pues no todos muestran sus rostros, atraídos por una foto que alimenta su imaginación, pero que poco dice de mi persona.

Algunos conectan conmigo a través del correo o utilizando el Chat y puedo comprobar que, la mayoría, no son muy sinceros tanto al describirse como en las intenciones que muestran.

Mentir sobre la edad, el peso y la talla es algo muy habitual. La foto suele ser poco reciente y el contenido del perfil no siempre se ajusta a la realidad por lo que la información que puedo obtener de mis “pretendientes” es muy poca.

Empiezo a dudar de que, a través de este sistema, consiga encontrar a mi “príncipe azul” de entre tantas ranas.
Continuará...

No hay comentarios: