lunes, 27 de junio de 2011

LA VIDA COTIDIANA DEL SINGLE

Vivir en soledad implica ser autosuficiente en muchos aspectos y supone un período de cambio y de adaptación muy importante a la nueva situación en la que vivo.

El día a día de un single no es muy diferente al de la mayoría de las personas que viven en pareja, y es el no compartir tareas, obligaciones y responsabilidades, lo que en realidad diferencia a unos de otros.

En algunos casos, el hecho de vivir en compañía no significa que el trabajo y la responsabilidad se repartan por igual.

Hay que tener en cuenta de que no siempre es debido a que uno de los dos no asuma la parte de tareas y responsabilidades cotidianas que les corresponda sino que, en algunas ocasiones, puede que uno adquiera, por voluntad propia, más responsabilidades de las que debiera, impidiendo al otro asumir las suyas propias.

En otras ocasiones, la cultura y la educación recibida, diferenciando según el sexo, son las responsables del desequilibrio en el reparto de tareas, obligaciones y responsabilidades cotidianas.

Esta herencia cultural es en parte responsable de que no recibiera la formación adecuada para afrontar,  en su totalidad, la vida que tengo por delante. Cuando me enfrento a mi vida en soledad me doy cuenta de que he de asumir roles que hasta este momento no les había dedicado la suficiente atención y que ahora no puedo eludir.

Debo aprender a ser autosuficiente y a tomar decisiones, administrar mi economía y mi tiempo, cuidar de mi salud, satisfacer mis necesidades básicas a través de conseguir una fuente de ingresos, cuidar de mi hogar, incluido el abastecimiento y mantenimiento del mismo, y todo ello sin dejar de lado a mi familia, amigos o a aquellas personas que dependan de mí…

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