miércoles, 11 de mayo de 2011

¿IDENTIDAD SEXUAL= POTENCIA SEXUAL?

Ahora que ya sé que mi vida sexual ha de ir adaptándose a los cambios que se producirán en mi cuerpo, me acecha el temor de si podré tener unas relaciones sexuales satisfactorias tanto para mí como para mi pareja y si esta será capaz de comprender y adaptarse a las nuevas circunstancias.

Debo tener en cuenta de que en la relación sexual compartida hay más de una persona implicada y es importante el conocimiento de  cualquier síntoma o complicación que vaya surgiendo a lo largo del tiempo para crear las condiciones adecuadas para que se desarrolle una vida sexual plena.

Algunos de los problemas que ocasionan los síntomas del climaterio, la menopausia y la andropausia pueden ser paliados a través de tratamientos específicos según cada caso. A través de la información se puede conseguir resolver o reducir los efectos no deseables que producen la disminución del nivel hormonal de estrógenos, progesterona y testosterona, gracias a los avances médicos y farmacéuticos que se están obteniendo en esta dirección.

Tengo que tener en cuenta de que no solo estos cambios puede afectar al ánimo o a la sexualidad sino que también pueden hacerlo, y muy negativamente, a mi estado emocional, si no soy capaz de asumirlos como un proceso natural que hay que cuidar tal como cuido cualquier otra alteración física que se pueda producir por el paso del tiempo o por otra causa.

La necesidad sexual es una de las necesidades más importantes que hay que satisfacer para alcanzar el punto más alto de la pirámide de Maslow y descuidarla por miedo o por vergüenza solo traerá insatisfacción y daños importantes en el estado emocional.

Es necesaria la creación de una nueva sexualidad alimentada por una imaginación creativa, inventando nuevos juegos, valorando mucho más los sentidos y los afectos y dejando en un segundo plano todo símbolo cultural de potencia sexual como puede ser la erección, la eyaculación, la intensidad y repetición de orgasmos consecutivos, para conseguir una vida sexual que, aunque algo distinta, no por ello tiene que ser insatisfactoria.

El que la capacidad de potencia sexual, debido al descenso hormonal, disminuya no significa que la identidad sexual vaya también desapareciendo. La virilidad o la femineidad no la tendría bien entendida si creyera que tiene, como única base, la potencia sexual.

Continuará...  

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