martes, 17 de mayo de 2011

OCIO EN SOLEDAD

Todo cambia en cuanto comienza mi nueva vida en soledad ,después de años viviendo en compañía.

Al principio me preocupaba al pensar en que emplearía mi tiempo libre y como conocería a las nuevas personas que se convertirían en mis amigos. No sabía qué hacer ni con quien ir. Me sentía perdida en un mundo que me era desconocido y no me sentía cómoda al ir sola a cualquier sitio.

Primero tenía que encontrar por donde empezar, dar mi primer paso, así que me decidí a buscar en la Red en guías de ocio y asociaciones un punto de partida que me permitiera introducirme en el inmenso, variado y variopinto mundo de los “singles”.

Me sentí tremendamente perdida en un sinfín de ofertas de ocio dirigidas a conseguir una pareja, cuando lo que quería en realidad era sociabilizarme y hacer nuevos amigos.

Y allí estaba yo, intentando escoger entre cenas para “singles”, páginas de internet con actividades para “singles” viajes para “singles”, contactos para “singles” excursiones para “singles”….De todo para “singles” y no entendiendo muy bien que significaba aquello de ser “single”.

Entonces empecé a darme cuenta de que esta sociedad en la que vivo ya me había catalogado como “single” por el hecho de estar divorciada y que, de algún modo, me diferenciaba del resto de la población.

La mayoría de estas actividades ofrecen diversión, contactos, oportunidad de relaciones sexuales esporádicas y, con algo de suerte conseguir nuevas amistades.

Todo un mundo creado especialmente para aquellos que decidieron iniciar una vida en soledad para que puedan volver a una vida en compañía.

Todo esto es algo contradictorio, pero si recuerdo que lo que muchos buscamos es “el príncipe azul” o “la princesa encantada”, tiene mucho más sentido que la sociedad considere un gran negocio el crear actividades en las que solo participen personas solteras, viudas, separadas y divorciadas con el aliciente de encontrar la persona soñada.

Continuará...

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