miércoles, 6 de abril de 2011

CAUSAS QUE NOS SEPARAN

Me resulta difícil reconocer los verdaderos motivos de la separación, es más fácil aferrarme a causas inexistentes y poco importantes, para justificarme o para responsabilizar al otro. También es mucho más fácil culpar del fracaso a terceros que asumir la propia responsabilidad. He de recordar que cada cual es libre y responsable de sus propios actos y comportamientos y que el incumplimiento de acuerdos únicamente afectan a las personas que los han contraído y no a los que están a su alrededor.

Me consta que se dan situaciones en que el comportamiento de una de las partes es el único causante de la ruptura, sobretodo en casos de dominación o maltratos, pero si generalizo, me atrevo a decir que son ambos miembros de la pareja los responsables de que la relación se deteriore. Es frecuente y más fácil eludir la propia responsabilidad del fracaso de la relación culpabilizando al otro.

Son muchas las causas que pueden conducir a que una relación se dirija hacia el fracaso: El paso del tiempo que cambia  lo que antes era válido en unas condiciones concretas; El amor que une en pareja que puede desaparecer por haber sido descuidado; Los comportamientos irresponsables que dañan la confianza; El no perdonar totalmente los errores del otro; Desigualdad y falta de respeto en casos de dominación; Sentimientos de privación de libertad... y, en casos extremos, maltrato psicológico y físico.

Y una vez  llegado el momento en que se acepta que la relación ha fracasado, resulta difícil “soltar las riendas” y dejar al otro su libertad recién adquirida, perdonar y perdonarse, olvidar los antiguos acuerdos que ya no existen y pactar los nuevos que permitan a los dos salir adelante por separado… Y todo ello bajo la influencia de un estado de desequilibrio emocional, miedos y sentimiento de culpa.

A pesar de todo no tiene porque desaparecer el afecto, por la otra persona, cuando la relación fracasa. Pasar del amor al odio no beneficia a nadie y tengo que poner mucho de mi parte para que este momento tan difícil no traiga consecuencias negativas irreversibles en el futuro. El amor de pareja puede haber desaparecido pero el afecto a la persona y las vivencias en común no. Si en el proceso de separación ha prevalecido el sentido común y la responsabilidad y no lo he convertido en una “guerra” de uno contra el otro, podré obtener unos resultados equilibrados y lo menos dañinos posibles, que seguro beneficiarán a las personas que me rodean.

Como todos sabemos, en casos de separaciones por causas graves de dominio, maltrato psicológico y maltrato físico, el alejamiento definitivo de la persona causante es indispensable y necesario para el bienestar de su víctima y nada tienen que ver con los procesos por causas habituales de separación a los que me he referido. En estas tres causas, el proceso es mucho más complicado, teniendo que intervenir en muchos casos la justicia.

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