lunes, 18 de abril de 2011

LA MUJER ACTUAL

En el momento actual la sociedad me pide que sea buena esposa, madre, enfermera, administradora, hacendosa, organizadora, cariñosa y hasta sumisa (tal como me enseñó en otro tiempo mi madre) y a la vez tengo que trabajar fuera de casa, ser una buena profesional, tener vida social, ser independiente, culta,  sexi, autosuficiente, seguir una formación continuada para estar al día y tener siempre la mejor imagen posible y todo ello con una sonrisa en la boca y sin ojeras.

Duro trabajo el que tengo que hacer todos los días para que, al final, compruebe que solo soy valorada, por algunos, por lo guapa o fea que soy o lo “sexi” o no que es la ropa con que me visto.

Tengo que priorizar lo que más me interesa para no “morir en el intento” y desde luego he de eliminar todas las contradicciones que puedo, pues no se puede ser independiente y dependiente a la vez y mucho menos una persona con estas características podria ser sumisa.

No es de extrañar que me ponga a la defensiva cuando tengo delante al sexo opuesto con algunas de sus exigencias, sobre todo cuando oigo algunas preguntas que suelen hacerme aquellos que siguen buscando a la mujer sumisa y que teme a la mujer actual: ¿No serás feminista verdad?, como si ser feminista fuera algo negativo o un insulto. He llegado a comprender que esta palabra tiene significados distintos según quien la pronuncia.

No por haber evolucionado, la mujer tiene que ser menos femenina. Tengo mi manera femenina de pensar, de hacer las cosas, de trabajar, de sentir y de expresarme. La evolución de la mujer nada tiene que ver con querer ser hombre y actuar como tal, como algunos dicen, sino con el derecho a la igualdad en todos los aspectos como ser humano y persona que soy, al margen de si soy hombre o mujer.

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