domingo, 10 de abril de 2011

UN NUEVO COMIENZO

Y llega el día en que la separación es ya en un hecho real. El momento en el que al cerrar la puerta de mi casa me doy cuenta de que estoy sola. Es inevitable sentir una sensación de vacío y es cuando el sentimiento de soledad puede empezar a acechar.

Las discusiones ya han cesado, todo se ha repartido y cada cual comienza de nuevo. Tengo todo un futuro distinto por delante y es ahora cuando debo establecer un orden de prioridades muy distinto al que tenía el día anterior.

Ya no estoy imaginando como sería sino que vivo lo que ya es y el comienzo quizás no es tal cual lo imaginé, aunque todavía no soy lo bastante capaz de darme cuenta de todo lo que me está sucediendo. De hecho en cada cambio que se ha producido en mi vida he tenido parecidas sensaciones. Todo comienzo me asusta hasta que lo nuevo se convierte en cotidiano y ahora no va a ser menos.

Tendré que hacer un esfuerzo para saber lo que quiero y lo que tengo que hacer a partir de ahora en muchos aspectos de mi vida que ya han cambiado.

Desde el mismo momento en que cerré la puerta, la lista de tareas pendientes me obliga a decidir en qué orden colocaré mis primeras necesidades al comenzar a afrontar mi nueva vida:


·    Recuperar la autoestima dañada por la causa y el proceso de separación es una prioridad a conseguir pues me dará la fuerza suficiente para afrontar los grandes retos que tengo por delante.

·    Mantener la familia unida. Me parece importante cuidar de mi familia en estos momentos. También ellos tienen que adaptarse a la nueva situación y tengo que cuidar que el cambio sea lo menos traumático posible. Mis sentimientos deben quedar a un lado en beneficio de los que sin tener ninguna responsabilidad se han visto afectados. Siento que me necesitan tanto como yo les necesito a ellos y no debo realizar ninguna acción que les pueda perjudicar.

·    Mantener mis necesidades básicas de supervivencia ha sido un objetivo importante en la negociación pero puede que el resultado obtenido no sea suficiente para poder cubrirlas por completo. El poder adquisitivo del que he disfrutado hasta ayer ya no es el mismo hoy y tendré que adaptarme a mi nueva economía. Según mi situación laboral tendré que hacer frente a mi propia autosuficiencia sin pretender depender de otros ya sea manteniendo el trabajo actual, mejorando mis propios ingresos o iniciando un camino profesional.

·    Volver a vivir en un hogar. Si me he quedado a vivir en la casa familiar todo se ha desmantelado. El reparto ha dejado vacíos que habrá que volver a llenar para recuperar la sensación de hogar y borrar la presencia de la otra persona no será tarea fácil. Si por el contrario vivo en una casa nueva tendré que ocuparme de eliminar su frialdad para convertirla en mi hogar incorporando la parte de mi vida anterior que me queda y añadiendo todo aquello que haga sentir bien.

·    Sociabilizarme. Los conocidos y amigos que tengo son amigos compartidos. La nueva situación les incomoda  y no les es fácil adaptarse. Perderé a muchos de ellos y tendré suerte si conservo alguno. Tendré que conseguir encontrar nuevos amigos, integrarme y participar en la sociedad de forma individual, satisfacer mis necesidades de ocio, de sexo y de nuevas relaciones.

·    Y muchas otras necesidades que tendré que satisfacer para poder llegar, en el futuro, a sentirme realizada…


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Bian! He leido algunas de tus publicaciones en este blog y tengo que decirte que me parecieron muy interesantes.
Me gusto la forma en la que afrontaste tus problemas.
No se como estes ahora mismo, pero creo que debes estar bien, puesto que alcance a notar mucha determinación en salir adelante y dejar todo lo demás en el pasado, para estar mejor!
Me parece muy valiente de tú parte porque no son decisiones faciles de tomar.
Pues desde México te leo y te mando un abrazo, ojalá pueda leer más de ti pronto, ya que en ocaciones son estas pequeñas cosas las que nos motivan a seguir adelante, a no rendirse ante las adversidades de la vida y seguir buscando la felicidad.
Ruy