sábado, 23 de abril de 2011

¿QUIEN TIENE LA CULPA?

Todavía conservamos actitudes machistas propias de la educación recibida. En nuestra relación de pareja solemos tener actitudes que impiden al sexo opuesto adquirir tareas y comportamientos que antes no le eran propios.


La resistencia a asumir los nuevos roles que antes pertenecían al sexo opuesto es una causa importante de discusión entre las parejas. La falta de empatía nos aleja entre nosotros y si no ponemos remedio difícilmente resolveremos los conflictos que genera.

La actitud de la mujer suele obstaculizar algunos de los avances del hombre hacia su propia evolución por seguir ejerciendo el papel tradicional que le fue asignado, intentando que el hombre lo haga a su manera e impidiendo que lo ejerza con su propia identidad.

La resistencia del hombre a ejercer las tareas propias del sexo femenino hace que no sienta la responsabilidad de realizarlas y su postura suele ser de ayuda a la mujer en vez de asumir como propia la tarea a realizar.

La actitud del hombre con respecto a los nuevos roles que la mujer está teniendo en la sociedad es distinta. Suele crear obstáculos para frenar la intromisión de la mujer en terrenos que hasta ahora eran de su competencia, cuestionando la capacidad de la mujer por el solo hecho de ser mujer e intentando mantenerse en un nivel superior. Le cuesta aceptar que la mujer pueda estar a su mismo nivel e incluso que sus capacidades puedan ser superiores.

La mujer no solo no muestra resistencia en ir asumiendo roles masculinos sino que le son muy deseados y aplica un gran esfuerzo para conseguir sus objetivos en esta dirección. Suele caer en el error de imitar comportamientos propios masculinos con el fin de alcanzar la “igualdad” en la sociedad sin tener en cuenta que hay que es mucho mejor que cada sexo los haga respetando su propia identidad como género.

Las unas porque quieren que se hagan las cosas a su manera y los otros porque se sienten “amenazados” solo consiguen poner dificultades a una evolución de ambos que es inevitable.

No hay comentarios: