lunes, 11 de abril de 2011

METODOS Y ARTIMAÑAS -1

Muchas veces intento encontrar explicación a lo sucedido acudiendo a mis recuerdos. Son muchos los errores cometidos y me he dado cuenta de que la educación recibida es responsable, en parte, de algunos comportamientos que he tenido hacia el otro.
Ambos sexos hemos heredado de nuestros padres algunas “artimañas” aceptadas como normales, para conseguir aquello que queremos, o no queremos, sin que haya muchas diferencias en cuanto a los métodos. Además, la religión, las costumbres y la cultura también han tenido mucha influencia sobre nosotros ya sea por ser permisivos o por fomentar esta clase de actitudes.
Cada pareja establece el tipo de relación que cree que más le conviene, si ambos están de acuerdo y se sienten bien en ella. Las relaciones tienen que ser satisfactorias para ambos miembros de la pareja, sea cual fuere la fórmula adoptada.
El problema aparece cuando uno de los dos se convierte en víctima de la manipulación del otro, saliendo psicológicamente perjudicado. Hay quien suele utilizar estratagemas ya sea por venganza o para sentirse poderoso con la sumisión del otro.
Estoy convencida de que la mayoría creemos que la manipulación y la posesión del otro es cosa de los demás, pero cuando recuerdo tiempos pasados y observo a los que me rodean, me doy cuenta de que ambas cosas forman parte de la vida cotidiana de la mayoría, sin que le demos mucha importancia.
La manipulación puede ser tan rutinaria en mi relación que pueda sentirla como algo normal e incluso pueda confundirla como un sentimiento afectivo del otro hacia mí, cuando en realidad es un comportamiento posesivo.
Disimulado entre sutilezas, juegos de palabras y maneras de hacer, hay ocultos un sinfín de comportamientos de manipulación sistemática establecida en el seno de la relación de pareja y del que solo se habla en casos muy extremos.
Hay que tener en cuenta que todas estas manipulaciones son comportamientos posesivos dirigidos a la otra persona y pueden causar la pérdida de autoestima y daños psicológicos importantes, llegando incluso al maltrato psicológico. El ser o no conscientes de ello no me exime de la responsabilidad que tengo al realizarlos.

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