jueves, 3 de marzo de 2011

MIEDO A EMPEZAR DE NUEVO

¿Qué hago ahora y hacia dónde voy? Es la pregunta que una y otra vez me hacía al principio.
El miedo a un nuevo comienzo es otro más de los miedos que surge cuando tengo por delante un futuro que no veo con claridad. El comienzo de un camino desconocido lleno de cambios que tengo que afrontar sola.
Asumir todas las responsabilidades, las que ya tenía y muchas más que se añaden de nuevo, es otro importante paso que debo dar. Además surgen nuevos retos, nuevas metas, caminos diferentes y decisiones a tomar. Una vida llena de posibilidades y todo ello en solitario.
Todo cambia en importancia, lo que antes podía parecer fácil el miedo lo convierte en difícil y el camino parece mucho más inseguro de lo que es en realidad. Al ir avanzando me doy cuenta de que soy más capaz de lo que pensaba y que mis pasos son cada día más seguros. Cuando el miedo va cediendo, el camino se ve cada día un poco más nítido.
No es nada fácil afrontar un cambio tan brusco. El tiempo siempre se encarga de poner todas las cosas en su lugar y lo que antes parecía una gran cuesta se convierte en un camino tanto más o menos difícil como el de cualquier otra persona.
Es un nuevo comienzo y una nueva oportunidad que la vida me ofrece de poder dirigir mi vida en direcciones que, aunque desconocidas, pueden ser buenas para mí.
Lamentablemente no siempre es así. Los motivos que desencadenan las rupturas son muy variados y, en muchos casos, el camino no se toma por voluntad propia sino forzosa, lo que complica en gran medida la visión de los aspectos positivos que se encuentran en él. Pienso que, en estos casos, resulta mucho más difícil y árido, lo que supone necesitar mucho más tiempo y esfuerzo para poder avanzar. Podría decir que el miedo a empezar de nuevo se supera con más o menos facilidad según el estado emocional en que me encuentre.
¿cuántas veces caigo y cuantas veces debo levantarme de nuevo y seguir?
Me he dado cuenta que siempre que tropiezo y caigo está la mano que necesito para ayudar a levantarme de nuevo, ofreciendo su cariño y generosidad.

1 comentario:

Núria Cercós dijo...

Nacimos solos, y solos nos moriremos. Si tú siempre que caes encuentras una mano amiga, tu vida no es sentirte sola, es saber que siempre encontrarás a alguien que siempre te ayudará a salir adelante. Porque la soledad es la del que NUNCA encuentra esa mano amiga.