El miedo a padecer una enfermedad tanto sea de corta o larga duración, a no estar protegida cuando me siento débil, a no ser socorrida con rapidez en caso de emergencia, a no tener alguien cerca que se ocupe de mí cuando estoy enferma y dependiente……Es un importante miedo que crece al vivir en soledad.
Alimentarme, ir a comprar lo que necesito, las visitas médicas…son cosas que suelo hacer sola pero puede suceder que no sea capaz de ello a causa de un accidente o de una enfermedad. Cuidar de mí misma, en este caso, sin ayuda es difícil y necesito de la ayuda de los demás para salir adelante.
Un accidente casero, una gripe, cualquier trastorno de escasa importancia se convierte en un gran obstáculo a superar.
Si pienso en enfermedades importantes todo el temor aumenta y la incertidumbre que generan estas hace que me sienta más asustada. Sé que este sentimiento es general para todos sean “singles” o no pero tengo que tener en cuenta que el vivir en soledad incrementa en gran medida este miedo que siento y soy consciente de que la falta de salud y todo lo que conlleva supone un gran cambio en mi vida.
La salud y la enfermedad condicionan la manera en que dirijo mi vida y el orden de mis prioridades. El paso de los años y sus consecuencias hace irremediable que tenga que afrontar de vez en cuando el reto que supone la pérdida de la salud y la dependencia, sea esta ocasional o crónica y que, con temor o sin él, tenga que adaptarme.
En estas situaciones la familia, los verdaderos amigos y las instituciones sociales son mis mejores aliados.
Creo que ya he escrito sobre muchos de los miedos que se potencian cuando hay un cambio tan importante. Como he comentado en páginas anteriores este colectivo-"los singles"- es especialmente sensible en incrementar algunos miedos que en una situación familiar tradicional no suponen problemas añadidos. Estoy segura de que he olvidado mencionar algunos, si es así seguiré hablando de ellos más adelante.
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