Pertenece también, como las anteriores citadas, a las necesidades de supervivencia. La seguridad económica es una necesidad bastante más complicada de conseguir en los tiempos actuales y de gran importancia, para mí, para conseguir mantener mi estabilidad emocional. Estoy segura que la inseguridad económica incrementará mis miedos al poner en peligro otras necesidades. Conseguir seguridad en el empleo y la obtención de los recursos necesarios para todas mis otras necesidades que dependan de ello es un importante objetivo.
Ya no quedan muchos empleos que sean “seguros”. La posible pérdida del puesto de trabajo es algo que está presente en todos, creando inseguridad en toda la sociedad. Las actuales circunstancias son un motivo añadido de gran preocupación para todo aquel que vive únicamente de sus propios recursos. De nuevo, al vivir en soledad, la necesidad de independencia económica se plantea como otro de los grandes retos.
La inseguridad económica hace que tenga que tener mucho más cuidado en como distribuyo mis recursos económicos y una extrema prudencia se instala en mi actual forma de vida. Otras necesidades se ven afectadas irremediablemente si no consigo los recursos suficientes y mi estado emocional podría correr peligro si no consigo atenderlas debidamente.
Vivir en soledad implica, en principio, ser independiente económicamente, aunque pueda no ser así y dependa de cada caso. También suele suceder, sobretodo con la separación o el divorcio, que una de las partes no sólo sea responsable de su propia supervivencia sino que tenga la responsabilidad de garantizar la supervivencia de otros.
En la sociedad en la que vivo, basada en el consumo desmesurado, debo poner todo mi esfuerzo en priorizar lo que más necesito. Estoy convencida de que no por muchas cosas que tenga voy a ser más feliz, pero para sentirme segura necesito conseguir tener lo que considero imprescindible.
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